Para adultos y niños mayores de 12 años.
La forma de vida actual nos impone un ritmo que puede afectar nuestro bienestar emocional. La presión en el trabajo, los horarios, lidiar con asuntos familiares, el ambiente de las grandes ciudades... pueden afectar nuestro equilibrio, pudiendo provocar irritabilidad, nerviosismo e insomnio. Estas manifestaciones pueden ser diversas y persistir en el tiempo pudiendo afectar la vida cotidiana creando un círculo del cual es difícil salir si no se actúa sobre él.
Las alteraciones del sueño pueden ser causadas por el nerviosismo acumulado durante el día, y a su vez, el no tener sueño de calidad tiene sus repercusiones sobre la actividad diaria: baja concentración, cansancio, irritabilidad, nerviosismo, somnolencia. Es necesario completar todas las fases del sueño para recuperarse física y psíquicamente.